English French German Spain Italian Dutch Russian Portuguese Japanese Korean Arabic Chinese Simplified

Gadget creado por www.Vivirsencillamente.com

LA SEMANA SANTA DE SEVILLA


La Semana Santa de Sevilla es la conmemoración de la pasión y muerte de Cristo a través de las procesiones que realizan las cofradías a la Catedral de la ciudad durante el periodo comprendido entre el Domingo de Ramos y el Domingo de Resurrección. A lo largo de esos días realizan un recorrido por las calles, son 61 cofradías, y 10 más lo hacen en los 2 días previos, el Viernes de Dolores y el Sábado de Pasión.

Además de los aspectos religiosos, la Semana Santa en Sevilla es un fenómeno de carácter sociocultural, turístico y económico de gran importancia en la ciudad, está declarada de Interés Turístico Internacional, constituyendo una de las grandes fiestas de primavera, junto a la Feria de abril.

La Semana Santa se vive durante todo el año en la ciudad y las hermandades trabajan día a día en tres pilares fundamentales: formación, culto y caridad. Son múltiples las obras asistenciales que estas instituciones realizan en Sevilla y su Provincia. La estación de penitencia o salida procesional es el principal culto externo de las corporaciones, pero cuentan con numerosos cultos internos a sus titulares a lo largo del año, como novenas, quinarios, triduos y besamanos.


El Consejo General de Hermandades y Cofradías, es el órgano encargado de la regulación del conjunto de procesiones de la Semana Santa, agiliza trámites y acuerdos con las instituciones oficiales y controla los horarios de paso por la Carrera Oficial. Sus miembros son elegidos cada cuatro años por los Hermanos Mayores de las distintas hermandades. Los desfiles procesionales de la Semana Santa, transforman la ciudad durante ese periodo y son el resultado de la evolución durante siglos de las formas, modos y maneras de las cofradías y hermandades, las cuales cuentan entre sus miembros a personas de todas las clases sociales. En la evolución de estas corporaciones han influido múltiples factores, tanto religiosos como artísticos, sociales e históricos.

Historia de la Semana Santa en Sevilla

Aunque durante la Edad Media ya existieron cofradías, no es hasta el siglo XVI cuando se consolidan las hermandades de pasión o penitencia como asociaciones que veneran la pasión y muerte de Cristo y le rinden culto con una salida procesional. En sus comienzos, las cofradías sevillanas hacían estación de penitencia a iglesias o conventos cercanos a su templo. En el Sínodo de 1604, el cardenal Fernando Niño de Guevara estableció algunas normas que forman el germen de la actual Semana Santa de Sevilla: las cofradías quedaban obligadas a realizar la estación de penitencia a la catedral y las de Triana debían realizarlo a la Iglesia de Santa Ana, debían vestirse túnicas sencillas de lienzo basto y se prohibía a la mujeres disciplinarse.

Durante el siglo XVIII la Semana Santa atravesó una profunda crisis, a causa del decaimiento económico y demográfico de la ciudad de Sevilla, de tal manera que en la primera mitad del siglo XIX, todo indicaba que las cofradías estaban a las puertas de su desaparición definitiva. Hacia 1850 solamente había cofradías en la calle el jueves santo y durante la madrugada y tarde del viernes santo. A finales del siglo XIX, en el periodo de la restauración borbónica, las cofradías resurgen en número y esplendor y se empieza a considerarlas un atractivo turístico para la ciudad y su economía.

A este nuevo auge no es ajena la instalación en Sevilla de la "corte chica" de Luisa Fernanda, hermana de la reina Isabel II, y su esposo, Antonio de Montpensier, en el antiguo colegio de marineros de San Telmo. Ellos favoreciendo la celebración de la Semana Santa, impulsando hermandades como Montserrat o La Lanzada, creándose en esos años la tradición del Santo Entierro Magno, que desde entonces se realiza cada cierto número de años, sin una periodicidad fija.

En el siglo XX, durante el gobierno de la Segunda República se experimentó una fase de enfrentamiento social y político que perjudicó la celebración de la Semana Santa. El año 1932 las Juntas de gobierno de las hermandades tomaron la decisión de no salir en procesión. El alcalde José González Fernández de Labandera, sabedor de la trascendencia de esta medida, trató en sus declaraciones de estimular la normalidad de las procesiones y garantizar su celebración. La hermandad de la Estrella fue la única que, contraviniendo el acuerdo del conjunto de las hermandades, hizo procesión el jueves santo, produciéndose varios altercados de carácter violento durante su recorrido; el incidente más grave fue protagonizado por un militante anarquista que disparó contra el paso de la virgen.

En esta decisión de no salir en procesión, tomada por las hermandades, se combinaron por una parte el temor a los posibles ataques que pudieran producirse y por otra la utilización de la suspensión como herramienta política contra las disposiciones del gobierno republicano en materia religiosa. Durante el año 1933 se repitió la decisión y ya en 1934, tras el triunfo de la CEDA, 14 cofradías volvieron a salir de sus templos durante las fiestas. Ya a finales del siglo XXy debido al aumento de cofradías, que pasaban de las 57, se decidió en un momento determinado que las nuevas no realizarían la carrera oficial, saliendo el Viernes de Dolores en recuerdo a los Dolores de la Virgen María y el Sábado de Pasión por sus feligresías. Sin embargo en 2007, se autorizó la salida de la Hermandad del Carmen Doloroso el Miércoles Santo, en 2008 se autorizó también el Lunes Santo la Hermandad de San Pablo y en 2010 la Hermandad del Sol, del barrio del Plantinar, en la tarde del Sábado Santo.

Evolución del número de cofradías entre 1758 y 1990


Entre los años 1758 y 1808, salieron una media anual de 10,68 cofradías por año, teniendo su mínimo en 1795 en que solo hubo dos cofradías y 1787 con tres. El máximo fue en 1775 con 19 cofradías. Entre los años 1809 y 1874 salieron un media de 8,54 cofradías por años, lo que significa una bajada de más de dos cofradías con respecto al periodo anteriormente expuesto. En este periodo hubo siete años en que no salió ninguna hermandad.

Recorrido y carrera oficial

Primitivamente las hermandades de Sevilla realizaban su recorrido por los alrededores de las iglesias donde tenían su sede. En 1604 se estableció la obligación de que todas las cofradías tuvieran que acudir a la catedral en su recorrido, excepto para las que tuvieran su sede en Triana que debían dirigirse a la Iglesia de Santa Ana. En 1830 la hermandad de la O, fue la primera en atravesar el entonces existente puente de barcas para dirigirse también la catedral.1 Se denomina Carrera Oficial al itinerario común que deben seguir todas las Hermandades en su trayecto hacia la catedral. Marcada oficialmente por el Consejo de Hermandades y Cofradías de Sevilla, comienza en la plaza de la Campana, continúa por la calle Sierpes, la plaza de San Francisco y la avenida de la Constitución, terminando en la catedral, a la que acceden por la denominada puerta de San Miguel, abandonándola por la puerta de Palos. Al inicio de la carrera oficial, en la Campana, se sitúa el palquillo del Consejo de Cofradías, presidido por el presidente del propio Consejo, y en el que las hermandades solicitan la venia para realizar su recorrido.

El orden teórico establecido de paso de las cofradías por la carrera oficial es el inverso a su antigüedad, excepto en la madrugada en que el sentido es al contrario. Aunque razones de organización y de horario alteran este orden en distintos casos.

Pedir «la venia»

Pedir «la venia» es la solicitud que realiza cada una de las cofradías de penitencia a su paso por la Campana, para poder efectuar la entrada en la carrera oficial y continuar con su «estación de penitencia». La solicitud la realiza el Diputado Mayor, acompañado por el diputado de Cruz de cada hermandad al representante del Consejo de Cofradías, que controla el cumplimiento de los horarios de paso y registra cualquier incidencia que pueda surgir, la hermandad de El Silencio es la única que realiza esta petición por escrito, en cumplimiento de su voto de silencio durante la estación de penitencia.

Cabildo de Toma de Horas

Para organizar el paso de las cofradías por el centro de la ciudad, se estableció en 1604 el denominado «Cabildo de Toma de Horas», protocolo donde se reglamentaba, entre otras cosas, la sede canónica de cada hermandad, el día y hora de su salida, así como las calles que debía transitar en su recorrido. Con el tiempo se añadió a este acto la totalidad del itinerario de cada hermandad y varios puntos de control horario en su recorrido.

El procedimiento se desarrollaba en sus principios en la Capilla de las Doncellas de la Catedral, el Martes Santo, estando presente todos los hermanos mayores, a veces también los mayordomos (en estos momentos ocupan ese lugar los diputados mayores de gobierno). Entre 1844 y 1880 se realizó en el antecabildo catedralicio y a partir de 1880 pasó a celebrarse el Sábado de Pasión. Durante el siglo XX se ha celebrado en distintos puntos de la catedral, llevándose a cabo actualmente en la Capilla Real ante la Virgen de los Reyes. También se ha cambiado el día de convocatoria al domingo previo al Pregón de Semana Santa (siete días antes del Domingo de Ramos). Con el transcurrir de los años este protocolo se institucionalizó y terminó conociéndose con el nombre determinado en estos momentos.

El cortejo procesional

Las procesiones de la Semana Santa se abren con la Cruz de Guía, que suele ir acompañada de una pareja de nazarenos con faroles. A partir de la cruz de guía comienzo el cortejo de nazarenos que portan cirios o cruces como penitencia, los tramos de nazarenos van intercalados por el conjunto de insignias; las más habituales son el llamado Senatus, en memoria del ejército romano que custodiaba a Cristo; las banderas que acompañan a cada paso y que suelen tener colores pasionarios o marianos; el simpecado, en defensa del dogma de la inmaculada concepción; el libro de reglas y el estandarte. El cortejo de nazarenos suele finalizar con las bocinas que anunciaban el paso, la presidencia y tras la misma vienen los acólitos y los pasos.

Cruz de guía

La Cruz de guía es la insignia que abre las procesiones. Es portada por uno de los hermanos nazarenos en la cabecera del cortejo. En algunas hermandades constituye por si misma una esplendida obra de arte, por ejemplo la Cruz de guía de la Hermandad del Gran Poder fue realizada en el siglo XVII e incluye representaciones de todos los atributos de la Pasión.11

Libro de Reglas

El Libro de Reglas es una de las insignias fundamentales de las Cofradías, consiste en un libro con las reglas o estatutos de la Hermandad. Es portado por un hermano con la túnica de nazareno, generalmente situado en los últimos tramos del segundo paso. Suele estar ricamente decorado con cantoneras de plata y el escudo de la corporación en el centro, se conservan algunos muy antiguos del siglo XVIII.

Estandarte

El estandarte es una de las insignias más características, formadas por una gran tela, generalmente de terciopelo y de un color representativo de la Hermandad, que se recoge en forma ovalada y decorativa sobre una barra de plata repujada y rematado siempre por una cruz o crucifijo pequeño. La tela tiene bordado el escudo de la hermandad.

Senatus

Es una insignia de de origen romano, en la cual se pueden leer las letras bordadas S.P.Q.R que singnifican Senatus Populusque Romanus (el senado y el pueblo de Roma). Está inspirado en el estandarte que utilizaba ejército romano que se llamaba signum.

Bocinas

Tienen significado histórico, pero no litúrgico. Son trompetas de gran tamaño y ricamente labradas de las que cuelgan paños de terciopelo bordado. Tienen una función unicamente decorativa, pues no producen ningún sonido, son un vestigio de las antiguas "Trompetas de Lamento" que en siglos pretéritos eran hechas sonar por los penitentes. Generalmente son portadas por una o dos parejas de nazarenos delante de los pasos.
[editar]Los nazarenos

Nazarenos preparándose para iniciar la procesión. Hermandad de San Esteban.
Los nazarenos son los hermanos que acompañan a los pasos durante el transcurso de la "Estación de Penitencia". Cada Hermandad tiene establecido en sus reglas fundacionales las características del vestuario de los nazarenos, en lo relativo a túnica, zapatos, insignias y complementos. El nazareno puede llevar cirio, vara, insignia, farol o una cruz sobre el hombro.

Los acólitos

Son aquellos que, vistiendo dalmática o sotana y sobrepelliz, van inmediatos a las imágenes alumbrándolas o incensándolas. Pueden ser de varios tipos:

Acólitos ceroferarios: Portan las ciriales y se situan delante de los pasos. En algunas cofradías, dos ciriales escoltan a la Cruz parroquial o manguilla.

Acólitos turiferarios: Van incensando las andas de los titulares. Su nombre proviene de la denominación latina de la planta de donde principalmente se obtiene el incienso u olíbano: boswellia thurifera. El incienso que se quema en la estación y cultos internos suele ser una mezcla de elaboración propia que se realiza en Cuaresma siguiendo una receta antigua.

Pertiguero: En la terminología cofrade el pertiguero es el responsable de los acólitos, viste ropón largo y porta medallón y una pértiga con la que golpea el suelo para ordenar que sean subidos o bajados los ciriales.

Monaguillos: Son grupos de niños que visten sotana y forman parte de la procesión en algunas hermandades.

Los pasos
Constituye el centro de toda la procesión, formado por un conjunto o grupo de imágenes que representan la Pasión. Lo más habitual es que las cofradías tengan dos pasos, el primero de Cristo, que puede ser un "nazareno" (Jesús con la cruz a cuestas); un Jesús crucificado o un "misterio" (representación de un episodio de la Pasión protagonizado por Cristo). El segundo de los pasos suele llevar una representación de la Dolorosa bajo palio; en algunos casos la Virgen va acompañada por otra imagen como por ejemplo la imagen de la Virgen de la hermandad de la Amargura, acompañada de San Juan Evangelista.

Hay algún caso de cofradía con tres pasos y también alguna con solo uno como Santa Marta o La Mortaja. El tamaño actual de los pasos scila entre 2,20 y 2,40 metros de ancho y los 3,50 a 5,5 metros de largo.

El paso consta de una parihuela cubierta con unos faldones de terciopelo. Sobre la parihuela se sitúa una peana construida en madera noble, denominada canastilla que suele estar tallada en estilo barroco, aunque se pueden encontrar también algunas en estilo neogótico, renacentista o romántico. Sobre la canastilla se encuentran las flores, la iluminación formada por candelabros, hachones o faroles y por último las imágenes.1

El llamador 

Elemento ubicado en la parte frontal del paso, es un aldabón de metal, de oro o plata, hecho de forma artística y que suele presentar motivos religiosos relacionados con la hermandad. Es el instrumento que utiliza el capataz para ejecutar las órdenes que previamente ha dado a los costaleros. El llamador también es conocido como "martillo", sobre todo en el mundo de los capataces y costaleros.

Los costaleros

El término costalero es un andalucismo, proviene de costal, y ya aparece recogido en el Vocabulario Andaluz (1ª edición 1934) en dónde se definen a los costaleros como: "los que llevan los pasos de las imágenes, con un costal algo relleno que se colocan en la cabeza y les cae por la espalda". Por lo tanto, los pasos son llevados por los costaleros, que es el nombre que reciben, cada una de las personas encargadas de llevar sobre sí o cargar una de las imágenes o pasos que forman parte de los cortejos procesionales durante la Semana Santa. Los costaleros cargan el peso sobre su cuello, sobre la séptima vertebra en concreto, protegen esta zona con una tela llamada costal que suele ser de arpillera, las zonas adaptadas para que los costaleros carguen el peso son las trabajaderas. Desde los años setenta del pasado siglo, los costaleros suelen ser hermanos de cofradía, con anterioridad eran la mayoría eran cargadores profesionales del puerto de Sevilla.1 Se denomina chicotá al trayecto que recorre un paso desde que se levanta (levantá), hasta que detiene la marcha (arriá).

El capataz

El capataz es la persona responsable de conducir un paso en procesión, jefe de la cuadrilla de costaleros a los que manda y ordena. Se le puede ver siempre en la parte delantera del paso, al cuidado del llamador con el que hace ejecutar sus órdenes. Hay capataces famosos que han creado escuela, y un estilo a la hora de llevar los pasos. Familias como los Ariza o los Santiago, los Villanueva, Bejarano (famoso por darle los andares que llevan el Gran Poder o La Lanzada), Salvador Dorado "el penitente", "Rafael Franco"...


Ver mapa más grande
Related Posts Plugin for WordPress, Blogger...